Melodía permanente
Se te mete en la cabeza. Te perfora. Te taladra la mente. A todos nos ha sucedido que, por alguna razón, una melodía se nos pega y resuena permanentemente en nuestra cabeza, sin que podamos sacarla. Mi pesadilla personal es la canción de Disney, que puede enseñarse en la escuela dominical: Muy pequeño el mundo es.
¡Todos bienvenidos!
Un proyecto ornamental en la calle principal de la ciudad donde vivo exigió que se demoliera una iglesia construida en la década de 1930. Aunque habían quitado las ventanas del edificio vacío, las puertas permanecieron en su lugar varios días. En cada una, había un mensaje escrito con letras gigantes en color anaranjado fluorescente: ¡No Entrar!
¿Abandonado? Jamás
Hace años, mientras mi esposo y yo visitábamos el Museo Smithsoniano del Aire y el Espacio, en Washington, Estados Unidos, vimos que había un cochecito de bebé sin nadie cerca. Supusimos que los padres lo habían dejado allí y que estaban acarreando a su hijo en brazos, pero, cuando nos acercamos, había un bebé durmiendo. ¿Dónde estaban los padres… algún hermano… una niñera? Nos quedamos allí un rato antes de llamar a un empleado del museo. ¡Nadie aparecía para reclamar al precioso niño! La última vez que lo vimos, estaban llevándolo en su cochecito a un lugar seguro.
El tonto sabio
Imagina que siempre eres la persona más inteligente en el salón . . . Cuando Dios prometió darle al rey Salomón lo que él quisiera, éste pidió sabiduría (2 Crónicas 1:12). Complacido con su buen sentido común, Dios le dio mucho más.
Y el viejo Salomón prosperó. Pero años después, algunos lo considerarían un «tonto sabio.» A pesar de todas…
«¡Papá, no te preocupes!»
El verano pasado, mi esposo y yo organizamos un concierto para reunir fondos para una investigación sobre cáncer infantil. Habíamos planeado realizarlo en nuestro patio posterior, pero el pronóstico del tiempo era malísimo. Horas antes del evento, empezamos a llamar a los más de 100 invitados para informarles sobre el cambio de lugar. Cuando nuestros amigos y familiares comenzaron a acarrear comida, adornos y equipos desde nuestra casa hasta el gimnasio de la iglesia a la que pertenecemos, nuestra hija Rosie dedicó un momento para abrazar a su padre y recordarle en nombre de los hijos y los nietos: «¡Papá, no te preocupes! Nosotros te respaldamos».
Un simple acto de amabilidad
El periodista de toda la vida, Morton Kondracke, compartió la lucha de su familia con la enfermedad de Parkinson en su libro, Saving Millie(Salvando a Millie). La familia Kondracke intentó muchos tratamientos, esperando hacerle la vida a su esposa Millie más soportable. Pero rara vez respondió ella al tratamiento de la manera usual, y lamentablemente, murió.
Cuando Mort y Millie…
Código de honestidad
Muchas casas cerca de la nuestra ponen a la venta junto al camino alimentos frescos y plantas perennes. A veces, vamos en el automóvil hasta un puesto donde nadie atiende y que funciona bajo el «código de honestidad». Cuando elegimos lo que queremos, ponemos el dinero en una alcancía o en una vieja lata de café. Después, nos vamos a casa a disfrutar de las frutas y las verduras recién cosechadas.
Parpadear una vez
El neurólogo estaba tratando a un paciente que había sufrido un ataque de apoplejía masivo. A medida que pasaban los días, se dio cuenta que el hombre no sobreviviría. El corazón del doctor estaba apesadumbrado. Temía que su paciente jamás había aceptado a Jesús como su Salvador.
Así comenzó a hablarle, compartiéndole con tacto cómo Dios había cambiado su propia…
Demasiado pesado
Cuando encendí mi automóvil en las oscuras horas de la mañana, observé el indicador del cinturón de seguridad en el tablero. Revisé si la puerta estaba bien cerrada y volví a abrochar mi cinturón, para hacer una prueba, pero la luz seguía encendida. Entonces, después de pensar un poco, extendí el brazo y levanté mi bolso del asiento del acompañante. La luz se apagó.
El corazón de Grace
Caminaba por el restaurante lleno de gente buscando una mesa vacía donde colocar el plato que había llenado del buffet para el desayuno. Finalmente, detecté a una pareja sola en una mesa. Me aproximé y pregunté si compartirían su mesa. Pronto llegó mi esposo Tom y nos presentamos a la pareja y comenzamos a conversar. Hacia el final de nuestra…